TRUMP 2025: Campos de Detención y Deportaciones Masivas

Política de Inmigración de Trump si resulta electo en 2025 por Noticias de Nueva Esparta

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• Afectaría a inmigrantes legales e indocumentados
• Creación de “Campos de Detención“
• Deportaciones Masivas Relámpago
• Devolución de inmigrantes a México
• Uso de la Guardia Nacional y Ejército para perseguir inmigrantes
• Negar la ciudadanía por nacimiento
• Negar la entrada por pensamiento político
• Prohibir entrada a refugiados de Medio Oriente
• Desviar las aplicaciones de asilo a otros Paises
• Expulsión de niños no acompañados, entre otras…

Si existen inmigrantes en EEUU, que aun creen que la derecha o el partido republicano o Trump, garantiza sus intereses y los de sus familias, es porque no han leido el libro: Politica explicada para Millennials y otras generaciones de Juan Rodulfo. En un lenguaje sencillo y fácil de leer, el autor explica las diferencias entra Izquierda y Derecha en materia de Politica.

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El expresidente Donald Trump ha esbozado un cambio radical en la política de inmigración de Estados Unidos si es elegido presidente nuevamente en 2024, prometiendo implementar una serie de medidas sin precedentes dirigidas tanto a inmigrantes legales como no autorizados, incluida una deportación masiva relámpago.

De alguna manera, Trump, el favorito para asegurar la nominación presidencial republicana, se basa en el mismo libro de jugadas de inmigración de línea dura que usó durante su campaña de 2016. Se ha comprometido a construir kilómetros más de muro fronterizo e imponer límites drásticos al asilo, incluso reviviendo un programa que su gobierno utilizó para exigir a los migrantes que esperaran sus audiencias de asilo en México.

Pero en otros sentidos, las promesas de Trump y la retórica sobre la inmigración durante su segunda campaña presidencial han sido más duras esta vez. Ha prometido poner fin a la ciudadanía por nacimiento para los hijos de inmigrantes que viven ilegalmente en el país, delegar a la Guardia Nacional para llevar a cabo deportaciones masivas y negar la entrada a inmigrantes legales en función de sus creencias ideológicas. En una entrevista reciente, Trump sugirió que algunos migrantes estaban “envenenando la sangre de nuestro país”.

Si bien marcarían una marcada desviación de la política actual, muchas de las promesas de inmigración de Trump enfrentarían formidables desafíos legales y operativos, poniendo a prueba los límites de la autoridad presidencial y los recursos gubernamentales.

Angela Kelley, exfuncionaria de inmigración de alto rango de la administración Biden, calificó las promesas de Trump como propuestas “extremas” que “aterrorizarían” a los inmigrantes. “Las ideas radicales que tenía en su primer mandato, desde la prohibición musulmana y más allá, muchas de ellas fueron derribadas. Y ahora está dando otro golpe”, dijo Kelley, ahora asesor principal de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración.

Pero Chad Wolf, quien dirigió el Departamento de Seguridad Nacional durante el último año de Trump en el cargo, dijo que los funcionarios que ignoran los niveles récord de cruces ilegales a lo largo de la frontera sur en los últimos dos años son los que tienen una posición “extrema”. Dijo que los estadounidenses quieren acciones más agresivas para lidiar con la crisis allí, incluyendo la deportación del millón de personas a las que se les han emitido órdenes finales de deportación.

“Si persigues a esos individuos y a los criminales, por supuesto, y a otros, no creo que eso esté fuera de la norma. No creo que sea una sugerencia radical”, dijo Wolf, quien ahora trabaja para el America First Policy Institute, un grupo de expertos que promueve la agenda de Trump. “Creo que en realidad es solo implementar lo que la ley de inmigración le dice al ejecutivo que haga”.

Las promesas migratorias de Trump para 2024.

El presidente Donald Trump participa en una ceremonia conmemorativa de la milla 200 del muro fronterizo en la frontera internacional con México en San Luis, Arizona, el 23 de junio de 2020.

Trump ha prometido llevar a cabo la “operación de deportación más grande” en la historia de Estados Unidos, siguiendo el modelo de la infame “Operación Espalda Mojada” de la administración Eisenhower en 1954, cuando cientos de miles de inmigrantes mexicanos y ciudadanos estadounidenses fueron deportados.

Para facilitar las deportaciones masivas, Trump ha dicho que dará a la Guardia Nacional y a los funcionarios estatales la autoridad para arrestar y deportar a los inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos, una medida que desafiaría los límites legales de larga data sobre la participación de las fuerzas armadas en la aplicación de la ley nacional. También se ha comprometido a invocar las Leyes de Extranjería y Sedición de 1798, una ley citada durante la Segunda Guerra Mundial para aprobar la vigilancia y detención de inmigrantes italianos, alemanes y japoneses, para deportar a presuntos miembros de pandillas de migrantes.

Trump ha prometido emitir una orden ejecutiva en su primer día de regreso a la Casa Blanca que intentaría negar la ciudadanía por nacimiento a los niños con padres que no son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes. Según una interpretación de décadas de antigüedad de la Constitución de los Estados Unidos, a los niños nacidos en suelo estadounidense se les otorga automáticamente la ciudadanía estadounidense, incluso si sus padres no están legalmente en el país.

El expresidente ha dicho que ordenaría a los oficiales de inmigración que nieguen la entrada a “marxistas” y “comunistas”, aunque no ha compartido detalles sobre cómo se implementaría dicha investigación. También se comprometió a detener la admisión de refugiados de Oriente Medio y a ampliar la prohibición de viaje que emitió su administración para impedir la entrada de ciudadanos de ciertos países, la mayoría de ellos mayoritariamente musulmanes o africanos.

En la frontera entre Estados Unidos y México, Trump ha prometido restablecer las políticas para descalificar a la mayoría de los migrantes del asilo y acelerar su deportación. Incluyen la llamada política de “Permanecer en México”, acuerdos que permiten a Estados Unidos desviar a los solicitantes de asilo a terceros países y amplias restricciones a la elegibilidad para el asilo.

Trump también ha dicho que reviviría la política de la era de la pandemia del Título 42 que los funcionarios fronterizos de Estados Unidos citaron para expulsar a los migrantes por motivos de salud pública, incluidos los niños no acompañados. No ha descartado separar a los niños migrantes de sus padres, una práctica que suspendió en 2018 debido a la protesta pública.

Promesas dramáticas, pero cuestionables desde el punto de vista operativo y legal

Si Trump es elegido presidente por segunda vez, sus promesas de campaña seguramente recibirían el mismo rechazo legal de los estados liderados por demócratas y las organizaciones de derechos civiles que sus políticas atrajeron durante su primer período en la Casa Blanca. También se enfrentaría a la realidad de un sistema de inmigración desbordado y con poco personal que el Congreso no ha actualizado desde la década de 1990.

La promesa de Trump de poner fin a la ciudadanía por nacimiento, por ejemplo, es legalmente cuestionable. La mayoría de los juristas creen que es un derecho consagrado en la 14ª Enmienda, que dice que “las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos” son “ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en el que residen”.

El cambio de la Constitución debe ser propuesto por una mayoría calificada en el Congreso, o una convención constitucional celebrada por dos tercios de todos los estados. Luego tendría que ser ratificado por las tres cuartas partes de los estados.

La promesa de llevar a cabo la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos enfrentaría barreras operativas potencialmente insuperables. La rama de deportación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), por ejemplo, tiene alrededor de 8.000 empleados. La agencia tampoco tiene los fondos para llevar a cabo las redadas y deportaciones masivas que Trump ha anticipado. El mayor recuento anual de deportaciones de ICE se registró en 2012, cuando la administración Obama llevó a cabo más de 400,000 deportaciones.

“Requeriría una enorme cantidad de dinero asignado por el Congreso”, dijo Stephen Yale-Loehr, profesor de leyes de inmigración en la Universidad de Cornell.

Yale-Loehr dijo que una operación de este tipo también plantearía importantes preocupaciones legales y humanitarias. La ley estadounidense otorga a los inmigrantes en proceso de deportación el debido proceso, señaló. Muchos inmigrantes que podrían ser deportados tienen cónyuges o hijos ciudadanos estadounidenses, lo que plantea el espectro de separaciones familiares a gran escala, ya que el gobierno no tiene la autoridad legal para deportar a ciudadanos estadounidenses.

“Sería un cambio significativo”, dijo Yale-Loehr sobre la posibilidad de que se implementen las promesas de campaña de Trump para 2024. “Pero no hay mucho que se pueda hacer a través de la acción ejecutiva. Muchas de las cosas que intentó antes se vieron inmediatamente envueltas en litigios y finalmente fueron anuladas por los tribunales”.

A pesar de los obstáculos legales y operativos que enfrentan, las propuestas de inmigración de Trump han sido aceptadas por los aspirantes presidenciales republicanos más cercanos a él en las encuestas. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y Vivek Ramaswamy se han comprometido a llevar a cabo deportaciones masivas y poner fin a la ciudadanía por nacimiento.

Nikki Haley y Tim Scott también se han unido a Trump y DeSantis está pidiendo que Estados Unidos rechace a los refugiados palestinos. Y otros candidatos republicanos, incluidos los moderados como Chris Christie, han prometido restablecer algunas de las políticas fronterizas de Trump y construir más millas de muro fronterizo.

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